21.3.13

Tentado


-No sé- murmuró Mona compungida. Sus ojos apuntaban hacia el ventanal del salón, buscando a alguien que no llegaría. Fui a la habitación a recoger los últimos 8 años de mi vida. Mientras hacia las maletas, me pareció sentir sus ojos verdes clavados en mi espalda en todo momento, pero no me volví para comprobarlo. Regresé al salón y allí seguía ella, sin apartar la vista de la ventana. Aún soñaba con que me detendría antes de que me marchara, que me perdonaría. Verla en ese estado no hizo sino abrirme los ojos a la realidad. Ella ya había volado muy lejos, y pronto, yo lo haría también.

18.5.12

Una luz


Y al otro lado de la ventana, nada de nada. No importaba lo mucho que mirase. La oscuridad era impenetrable. No había en el cielo ni una estrella que pudiera distinguirse. Ángela seguía asomándose a ratos, ya que era la única ventana de la habitación. Los gritos sonaban muy cerca, premonitorios. Él le había dicho que volvería y ahora estaba allí encerrada. "Maldito idiota", pensó. Los gritos parecían acercarse aún más, cuando una luz comenzó a brillar tímidamente en mitad de la noche. “¡Es él!”, exclamó. De repente, los gritos cesaron. La puerta de la habitación comenzó a abrirse.

15.1.12

Todas iguales.

Abrió la puerta lentamente, esperando no hacer ruido. No lo consiguió. Demostrando una capacidad auditiva que le hizo plantearse si de verdad era humana, apareció ante él. "¿De dónde vienes?¿Por qué no contestas a mis llamadas?¿Se puede saber que es ese perfume que llevas?" Un aluvión de preguntas y acusaciones cayó inconstantemente sobre él durante los siguientes 10 minutos. Hasta que llegó un momento que ya no fue capaz de aguantar...

-¡Mamá! Ya está bien, tranquilízate. Mañana te lo contaré todo, ahora me voy a la cama que me duele muchísimo la cabeza.

Sin esperar respuesta, amagó hacia ella, llevó a cabo una finta digna de un jugador de la NBA, y se coló rápidamente en su cuarto, donde se encerró con llave. Sin embargo, la mosca cojonera de su madre seguía berreando al otro lado de la puerta, incansable. Ahora comprendía a su padre, y lo alababa por la paciencia que debía tener.


"Mujeres", pensó.

12.1.12

¿Quién dijo que las segundas partes no eran buenas?

-Al final parece que cambiaste de idea.

-Era una tentación demasiado grande. ¿Al final abriste el sobre que te di?

-No.

-Eso significa...

-Eso significa que tenía la esperanza de que cambiaras de parecer. Cosa que hiciste.

-Pero podría no haberlo hecho. Podría haberme quedado. Podría haber conocido a alguien.

-Todo eso es verdad. Pero no pasó, ¿no?

-Ciertamente.

-Entonces cabe la remota posibilidad de que esta locura salga adelante.

-Eso creo. ¿Tú tienes fe en esto?

-La tengo. ¿Y tú?

-Tanta, que casi puedes verla.

-Eso es el reflejo del sol, memo cara de nemo.

-Y sigues llamándome así. Ahora es cuando yo saco mi vena poética y te respondo que esto es como el Sol: porque nos mantiene vivos por dentro, y brilla tanto que ciega a los demás. Por eso no pueden ver lo que nosotros vemos.

-Qué bien te ha quedado, ¿eh?

-No finjas. Sabes que te estás derritiendo por dentro.

-Sí, por culpa de la estrella.

-Touché.

19.10.11

Coyotes

-Supongo que es un adiós.

-No queramos reconocerlo.

-Pero lo es. Iremos perdiendo el contacto paulatinamente. Y lo que vivimos fue demasiado importante para mí como para arruinarlo con una falsa idea de amistad. Somos más que eso, aunque no sepamos exactamente qué. Y sé que tú también lo piensas.

-Lo hago, pero...

-Ahora soy yo el que no quiere que hables.

- El que calla otorga. Y yo tengo cosas que decir.

- Y yo sé lo que dirás. Por eso te pido, te ruego, te suplico... que no lo hagas. Regálame eso.

- No vas a cambiar de idea, ¿no?

- En absoluto. Ya me conoces, soy un idealista; también un romántico. Y, por extensión, más tozudo que una mula.

-De acuerdo, pero al igual que yo he callado, tú tienes que hacerme un favor.

-Me parece justo.

-Coge esto.

-¿Qué es?

-Solamente podrás abrirlo cuando me extrañes.

-Ya lo hago.

-Entonces, cuando estés dispuesto a cambiar de idea.

-No puedo, lo sabes. Acabaría conmigo.

- ...

-Supongo que no hay nada más que decir.

- No, supongo que no.

-Cuídate mucho.

-Tú también.


"Las palabras se las lleva el viento, y las lágrimas, con el tiempo, se secan. Pero las cicatrices...son para toda la vida."

Butterfly

-He hecho lo que he hecho, y de la forma en que lo he hecho porque yo soy así, y no voy a cambiar esto.

-No tenía futuro, lo sabes.

-Lo sé, pero aún así me arriesgué. No es culpa de nadie; si acaso, de mi idealismo casi psicótico.

-No es psicótico. Es romántico. Idealismo romántico, y me encanta.

-Pero aún así, no...

-No, aún así...

13.9.11

El sexo alivia la tensión y el amor la causa.

25.4.11

Versos al aire de cumbre

Fresco, sin prisa,
suave brisa que mi esencia acaricia.
Tornada en tempestad con tu tormento
arranca todo mal, de raíz,
al momento.

Sueles ser mi escondite, etéreo elixir,
que se cuela entre las brechas del cielo;
cielo azul añil.
Donde me siento a salvo,
no hay maldad,
donde me siento vivo,
no hay penuria,
no hay rencor, ni gloria.

Solo queda en cueros
el dulce recuerdo de nuestras almas desnudas.

1.3.11

1.125

Lo primero que vio al abrir los ojos fue la luna brillando por encima de su cabeza. Lo siguiente que percibió fue el olor a huevo podrido, proveniente de las bolsas de basura sobre las que reposaba. Estaba desconcertado, como si acabase de salir de un largo y profundo sueño. A medida que recuperaba la consciencia, una lluvia de imágenes acudía a su cabeza, sumiéndole en una inexplicable melancolía. Intentó levantarse una, dos, tres; hasta cuatro veces intentó ponerse en pie, pero al no obtener éxito alguno en su empresa, desistió. Se entregó el resto de la noche, pues, a buscar cartones de vino y comida entre las bolsas de basura, a emborracharse, y a recordar tiempos algo más felices.

6.2.11

Better life

Del mundo de los sueños,
a los sueños del mundo.
Escucha.

Es solo un sueño,
pero estoy despierto.

No sé donde me encuentro,
avanzo solo por un desierto,
de cenizas de un volcán cubierto está

¿Dónde se hallará mi gial?
¿Que frenes me buscarán?
¿A dónde el camino irá a parar?

Es sólo un trazo de realidad,
un dibujo en un papel, una sola piel...
Y es un solo corazón, el que late con esta canción
y pide que todos tengan una vida mejor.

Cuida de los tuyos, respeta los suyos,
que la gente no te quite lo que es tuyo;
las ganas de volar, y comerte el mundo
cada uno tiene sueños mejor que los de ninguno.

5.2.11

Confesiones de un infiel (I)

Corría el año 10. 2010. Según el calor que puedo recordar había en esa habitación del pequeño apartamento, estaríamos hablando del mes de julio. O agosto. Ha llovido mucho desde entonces, y la lluvia empaña mis recuerdos. En aquella época, yo era un joven muchacho dispuesto a comerse el mundo, o al menos esa era mi intención. Luego pasó al contrario, intentaba evitar que el mundo me comiese a mí. Pero no nos adelantemos en la trama.

Como en todo relato, sea verídico o ficticio, había que buscar causas, contemplar el desarrollo de la situación, y predecir consecuencias. O siguiendo el método científico; hacer una observación, experimentar, y analizar resultados. La vida en sí es un experimento, una certeza. Pero a la vez es una fantasía, un sueño del que unos despiertan antes, otros después. En fin, no desvariemos y volvamos a embarcarnos en la miserable historia de mi vida.

Era, como iba diciendo, verano del 2010, a falta de una referencia más concreta. Encontrábame yo en el sur de la isla de Gran Canaria, en España. Llevaba saliendo cerca de 10 meses con una chica cuyo nombre no recuerdo, y que en esos momentos se encontraba en alguna zona indeterminada del Pirineo, con su familia y sus amigos. Mientras tanto, una amiga mía que es probable os describa más adelante, había venido al archipiélago de vacaciones, y habíamos quedado para ponernos al día cada uno de la vida del otro.

Estaba yo esperándola, intentando esconderme del sol que picaba mi cuerpo entero, a la apacible sombra de un bar, tomando una cerveza Duff bien fría. Sí, querido lector, esa cerveza tan popular en los Simpson. Resultaba que allí, en aquella atracción turística que era el sur de la isla, la vendían, y con un gran éxito, como pude comprobar a lo largo del verano. Estaba a punto de irme, desesperado por el calor y el creciente número de moscas que se arremolinaban en torno al establecimiento, cuando descubrí la figura de mi amiga aproximándose por la avenida. Me sorprendí a mi mismo echándole un “repaso” a su desarrollada apariencia.

-¿Qué tal anda usted, señor escritor?- preguntó al llegar, consciente de que su presencia allí levantaba algo más que el espíritu, y no menos que la libido.

Llegados aquí, he de aclarar dos cosas. La primera, que debido al tiempo transcurrido, no recuerdo con exactitud el diálogo que mantuvimos por aquel entonces, más allá de ese saludo. Y la segunda, pero no menos importante (para mí), es que en mis años mozos, ya gustaba de escribir. Dicho esto, proseguiré la narrativa de la mejor forma que me sea posible.

-He de decir que tengo tanto calor que mi cerebro de escritor es lo más parecido a una pasa en estos momentos. ¿Por qué no vamos a un sitio más fresco?

-Anda, pipiolo. Sígueme, que por aquí cerca está mi apartamento, y tiene aire acondicionado.

Iluso.

-Pues tan cerca no debe de estar si te has retrasado 15 minutos.-siempre le llevaba la contraria.

Le di un abrazo, pagué la cerveza, y, de mala gana, la seguí hasta el apartamento, atravesando el infierno que eran esas calles guanches en la máxima expresión de la palabra “calor”.